Nos encontramos ante una demanda de vivienda que va al alza y un producto que escasea por la rápida absorción del stock nuevo que sale al mercado. Los azarosos procedimientos de planeamiento y gestión urbanística dificultan la puesta a disposición del mercado de viviendas con la presteza necesaria.
La solución pasa por el desarrollo de vivienda pública de protección, conocida como VPO, tanto a través de promociones privadas como públicas.
En cuanto a las líneas de trabajo para ampliar el parque público se prevén dos modalidades técnicas:
i) las permutas de suelo por obra
ii) la cesión de solares públicos a promotores para la construcción de vivienda en régimen de alquiler asequible.
Por un lado, la primera línea consiste en la entrega de suelo por parte del Ayuntamiento a un promotor a cambio de un edificio construido con calificación VPO. De esta forma, se consigue, por un lado, obra nueva finalizada, al tiempo que se dinamiza la actividad promotora en la ciudad.
Por otro lado, la cesión del derecho de superficie se articula a través de un concurso de suelo. Este modelo conlleva que las empresas privadas construyen en suelo público un edificio y lo explotan durante un periodo de tiempo determinado, generalmente de 50 a 70 años. Una vez finalizado ese plazo, los inmuebles pasan a ser gestionados por la Administración, que en todo momento es propietaria de los activos.
